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01 julio, 2025

 

A veces para progresar hay que decir adiós

 


En el mundo laboral, el valor de un profesional no es absoluto, sino relativo. Se asemeja al caso de un botellín de agua: su precio y percepción de valor cambian según el contexto en el que se encuentre. En un supermercado, su precio puede ser de apenas unos céntimos; en un cine, se puede multiplica por diez y en un aeropuerto, puede llegar a costar casi como en el desierto. Lo mismo sucede con los profesionales en el mercado laboral: el entorno en el que se encuentren determina cómo son percibidos y valorados.

1. El Contexto Define el Valor

Las empresas, como los consumidores en diferentes situaciones, valoran los talentos y habilidades de manera distinta según sus necesidades, cultura organizacional y recursos disponibles. Un empleado puede sentirse infravalorado en su empresa actual, no porque sus capacidades sean insuficientes, sino porque el contexto no favorece su reconocimiento. En otra organización, con una estrategia más alineada con su perfil, podría recibir un mejor salario, más beneficios y mayor reconocimiento.

Ejemplo: Un desarrollador de software que trabaja en una empresa tradicional de manufactura puede sentirse limitado en cuanto a crecimiento profesional y salarial. Sin embargo, si cambia a una startup tecnológica o una multinacional de software, su experiencia podría ser mucho más apreciada y recompensada.

2. El Costo de Permanecer Donde No Te Valoran

Permanecer en un entorno que no reconoce el verdadero valor de un profesional puede generar:

3. El Poder de la Movilidad Laboral

A lo largo de la historia, los profesionales más exitosos han entendido la importancia de cambiar de empresa o incluso de industria para obtener el reconocimiento y crecimiento que merecen. Investigaciones sobre gestión del talento, como las de Richard Florida en The Rise of the Creative Class (2002), sugieren que los trabajadores del conocimiento deben buscar entornos donde su creatividad y habilidades sean mejor aprovechadas.

Las razones por las que cambiar de empresa puede ser beneficioso incluyen:

4. Saber Cuándo Decir Adiós

Reconocer el momento adecuado para cambiar de empresa es clave. ¿Qué deseas? Un trabajo, una carrera o una vocación. Algunas señales incluyen:

Conclusión

Al igual que un botellín de agua puede ser barato en un supermercado y carísimo en un aeropuerto, el valor de un profesional varía según el contexto en el que se encuentre. Si una empresa no reconoce su talento, es posible que otra sí lo haga. En ocasiones, el verdadero crecimiento profesional no depende de mejorar dentro de una empresa, sino de encontrar una donde realmente se valore lo que se aporta.

No está de más que antes de cambiar de empresa te apliques la matriz del talento

Cambiar de empresa no siempre es fácil, pero en muchas ocasiones es la clave para progresar. Como dice el refrán: no es que seas un pez pequeño en un estanque grande, sino que quizás estás en el estanque equivocado.

Postdata:

A veces, en tu empresa actual puede que no te paguen el salario que te ofrecerían en otra, pero a cambio tienes ciertos "comodines": quizá toleran mejor tus errores, entienden tus manías, te permiten cierta flexibilidad o simplemente ya has construido una red de confianza que te da holgura en el día a día. Cambiar de empresa puede significar más dinero, pero también la pérdida de esas ventajas invisibles que hacen la vida laboral más llevadera. Como siempre, el equilibrio entre valor y comodidad depende de cada uno.

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