29 abril, 2025
Comprar una linterna sin internet
"Pues ya me dirás tú cómo compraremos una linterna si no tenemos conexión a internet",
mientras, irónicamente, justo bajo su ventana, una ferretería exhibe linternas en el escaparate.
Más allá del humor, la escena encierra una verdad inquietante: nuestra dependencia casi total de la tecnología ha llegado al punto de paralizarnos ante cualquier mínima disrupción. Si no hay conexión, no sabemos qué hacer. ¿Estamos realmente avanzando?
Cuando el “clic” sustituye al “buenos días”
En las últimas dos décadas, hemos sido testigos de una transformación radical en los hábitos de consumo. La comodidad del e-commerce ha relegado al pequeño comercio a un plano secundario. Sin embargo, en esa aparente eficiencia perdemos algo esencial: la sabiduría práctica del comerciante de barrio. Nuestros padres no consultaban opiniones en Amazon, iban al almacén del barrio o del pueblo y preguntaban al ferretero
Las ferreterías son un caso emblemático. Sus escaparates son un imán, con infinidad de productos que resuelven problemas. Quien haya entrado en una buena ferretería sabe que allí no solo se venden herramientas: se comparten soluciones. No hace falta conocer el nombre técnico de una pieza, basta con decir: “quiero colgar esto sin que se caiga la pared” y el ferretero, con años de experiencia y paciencia, ofrece una respuesta adaptada, funcional… y humana.
Hoy tenemos tiendas físicas infrautilizadas, mientras esperamos 24 horas un envío con dron de algo que podríamos tener en 3 minutos bajando las escaleras.
El ferretero, ese asesor técnico de proximidad
Los ferreteros no son meros vendedores. Son consultores técnicos del día a día, conocedores de los materiales, procesos y productos. Su valor reside no solo en el stock que manejan, que es enorme, sino en el conocimiento que ofrecen:
qué broca usar para una pared hueca,
cómo arreglar una cisterna que gotea,
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qué tipo de linterna conviene para un corte de luz prolongado.
Cuando sustituimos esa interacción por un algoritmo de recomendación o una reseña de usuario, perdemos una dimensión clave: la contextualización. El algoritmo no conoce la humedad de tu casa ni el tipo de pared que tienes. El ferretero, probablemente sí. Una razón para comprar en el comercio local.
En busca de una nueva cultura de consumo
Esta viñeta de humor negro nos lanza un mensaje claro: estamos desenfocados. Revalorizar el pequeño comercio no es un gesto nostálgico, es una apuesta por la resiliencia comunitaria, el conocimiento localizado y la economía de proximidad. En un mundo cada vez más globalizado, lo local es un ancla de sentido.
Volver a mirar al comercio de barrio —como las ferreterías— es también una forma de reconectar con nuestra autonomía. Significa cultivar habilidades prácticas, preguntar, equivocarse y aprender. Significa, en definitiva, confiar menos en que una app lo resuelva todo y más en que el vecino o la ferretería de la esquina nos pueden ayudar.
En resumen:
Quizá el progreso no consista en tener más aplicaciones, sino en saber actuar cuando no funcionan. Nuestros padres o abuelos, resolvían situaciones como un apagón con una resiliencia y autosuficiencia que hemos ido perdiendo.
Etiquetas: humor, pequeño comercio



