Ayer fotografié, la demolición, el derribo del Pabellón Tapia del Hospital Santa Marina de Bilbao (en las faldas del monte Ganguren). Es, bueno era, pues hoy ya no queda nada en pie, un pedazo de la historia de la filantropía empresarial vizcaína.
La fotografía la saqué desde el actual parking de visitas del Hospital de Santa Marina, que es donde se inicia en 1930 el Grupo Sanatorial de Santa Marina para enfermos tuberculosos. Este primer pabellón fue el Enfermería Victoria Eugenia -financiado por el bilbaíno Luis Briñas Mac Mahon, que cedió los terrenos, costeo la construcción y contribuyo con dos millones de pesetas al sostenimiento de la institución dedicada a la lucha contra la tuberculosis.
El pabellón Tapia inaugurado en el año 1942, cerrado en el año 1979 -por el descenso de la tuberculosis- y demolido en el año 2023, tenía 100 camas para niños enfermos y fue financiado por Víctor Tapia Buesa y su mujer Dolores Sainz Isasi.
Víctor Tapia Buesa (Laguardia -Álava, 1867 – Guecho -Vizcaya, 1949) fue uno de empresarios insignes de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX. Pero forjo su fortuna, a diferencia de la mayoría de los empresarios vizcaínos, que la consiguieron en la minería, la siderurgia o en la industria naval, Victor Tapia lo hizo gracias al jabón. Junto a sus tíos, José María y Bartolomé Tapia Ugarte, fundaron las empresas Tapia y Sobrino (1893) y Antigua Jabonera Tapia y Sobrino (1902), propietarias de Jabón Chimbo. El primer jabón fabricado en porciones troqueladas para uso doméstico.
Antes a estas acciones, como construir un pabellón de un hospital, se les denominaba filantropía, que el diccionario de la lengua española lo define como amor al género humano.
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# escrito por bloger en prácticas @ 21:30