.comment-link {margin-left:.6em;}

25 agosto, 2022

 

Trampantojo


¿Qué es un trampantojo?, la RAE lo define como

Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es.

Si te fijas en la imagen, pensarás que me han servido un café con una pequeña magdalena. Pero no estás en lo cierto.

Te cuento, con mis ojos de marketing, la historia del restaurante Ibidem. 

El cocinero cántabro autodidacta Rubén Abascal y su mujer María Dacosta, jefe de sala, regentaban un bullicioso bar de carretera, junto a una gasolinera, en San Mamés de Meruelo (Cantabría). Ofrecían un menú del día -un poquito más caro de lo normal- pero escondían una sorpresa, por encargo, tenían un menú degustación en el que los platos eran trampantojos, con una relación calidad/precio que sorprendía. En la gasolinera comí tanto el menú del día, como el menú de trampantojos... la verdad es que ambos eran excelentes.

Tras foguearse con el menú del día durante 18 años los propietarios querían progresar. Abrieron Ibidem, un restaurante a pocos kilómetros del anterior, en  el Palacio de Armas de Alvear, una casona solariega, en Castillo Siete Villas (Cantabria). Tienen un jardín muy agradable en el que la decoración hace un guiño a la con vas a encontrar en menú. El comedor principal es amplio, silencioso, bien iluminado, con una gran cristalera y con una decoración muy original. ¡Era lo que le faltaba en la ubicación anterior! 

En su nueva ubicación, solo tienen el menú degustación a base de trampantojos. Han ido subiendo poco a poco el precio. Pero aún sigue teniendo una buena relación calidad/precio. 

Como emprendedores no se lanzaron a lo loco. Primero, durante años constataron que un menú de trampantojos tenía "gancho", además conocían la zona y la clientela.

Al dedicarse a los trampantojos, cuidan mucho la puesta en escena, la vajilla, el atrezo, el servicio... ¡cuidan los detalles! Se nota que la cocina y la sala están alineados, comparten la misma visión del negocio.

Si estás cerca de Noja, lo más fácil es hacer un restaurante de carne y pescado a la parrilla. Pero, entonces trabajas el verano y el resto del año es muy probable que estés cerrado. En cambio, si haces una apuesta por diferenciarte... puedes trabajar todo el año. 

El problema que veo a este restaurante es que no logras una clientela fiel. Lo descubres, te gusta pero es difícil que vuelvas. Yo he estado dos veces, antes de la pandemia y este verano. Sin embargo, en la misma zona, tengo restaurantes a los que voy varias veces al año.

La última visita la he hecho con mi sobrino adolescente. Su menú, en cualquier restaurante, es fritos y bistec con patatas fritas y coulant (o tarta de chocolate en su defecto). Sin embargo en Ibidem se lo comió todo ¡incluido pescado y coliflor!  (los milagros del trampantojo) En su valoración es el mejor restaurante donde ha estado, Espero que haya aprendido la lección de que en la vida las cosas no son lo que parecen.

No me habían servido un café. ¡Es un cocido! En el compartimento superior de la cafetera italiana tenemos un consomé exquisito que nos lo sirven en la taza y en el filtro se ocultan unos garbanzos con berza. La magdalena es un buñuelo lebaniego ,elaborado con el compango del cocido.



Etiquetas: ,


Buscar enlaces a esta noticia en Technorati Menea esta noticia Enviar a Fresqui.com Enviar a del.icio.us
Comments:
También visité el restaurante en su antigua localización. Coincido contigo: es cierto que sorprende, sobre todo la primera vez. Luego, no tanto.
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?