14 junio, 2020
Sesgo de supervivencia
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Centro de Análisis Naval de los EE.UU. mapeo los agujeros de bala en aviones que fueron alcanzados por fuego nazi. (los puntos rojos).
Buscaban fortalecer a los aviones, reforzar áreas fuertemente golpeadas por artillería enemiga, para poder resistir aún más esos embates.
Su pensamiento inmediato fue reconstruir y reforzar las áreas del avión que tenían mas puntos rojos (o que recibían mas balas). En teoría, era una deducción lógica. Después de todo, estas fueron las áreas más afectadas.
Cuando consultaron con Abraham Wald, un matemático, llegó a una conclusión diferente: los puntos rojos solo representaban el daño en los aviones que llegaron a casa.
La áreas que realmente deberían reforzar, eran los lugares donde no había puntos, porque esos son los lugares donde el avión no sobreviviría al ser golpeado.
Desde entonces este problema se conoce como “sesgo de supervivencia” o “sesgo del superviviente”, un sesgo de selección derivado de considerar en un proceso sólo a las personas o elementos supervivientes, obviando la consideración de los desaparecidos por no ser observables en una muestra (que deja de ser representativa de la población).
El sesgo del superviviente condiciona nuestro pensamiento en todos los campos sociales: economía, política, deporte, arte, etc... por ejemplo:
- Escuelas de negocios que tras estudiar casos de éxito, nos dan las claves del triunfo sin considerar que en la mayoría de los casos esas mismas claves acompañaron enormes fracasos anónimos.
- Afirmamos que las películas, los libros, los edificios... de antes son mejor que los de ahora, sin darnos cuenta que los que han sobrevivido a lo largo del tiempo eran los buenos.
- La persona que cumple 100 años y en la prensa sale un titular que desayuna todos los días una copa de licor... y nos olvidamos de todos los que han muerto por tomar una copa de licor.
Etiquetas: sesgo, sesgo cognitivo, sucedidos