02 marzo, 2020
Historia de "El Mail del Viernes: 2008 – 2020"
Desde hace muchos años, los sábados, dedico un rato a leer el mail de los viernes, es una publicación que recopila los chistes que han circulado por la redes sociales en la última semana. Me rio mucho. Si entras en su página web, solamente verás la publicación de la última semana. No guarda un archivo.
Hace unas semanas, el autor, decidio publicar su historia. Me parece una historia de emprendimiento muy buena. Cada semana publicaba un capítulo, yo lo fui guardando y hoy, con todo el respeto, copio y pego, lo publicado por el autor, pues creo que sinceramente, puede ayudar a futuros emprendedores. Repito, es un copia y pega de lo publicado. Seas o no empredendedor te recomiendo que te suscribas a su lista y lo leas todas las semansa, es muy divertido.
Hace unas semanas, el autor, decidio publicar su historia. Me parece una historia de emprendimiento muy buena. Cada semana publicaba un capítulo, yo lo fui guardando y hoy, con todo el respeto, copio y pego, lo publicado por el autor, pues creo que sinceramente, puede ayudar a futuros emprendedores. Repito, es un copia y pega de lo publicado. Seas o no empredendedor te recomiendo que te suscribas a su lista y lo leas todas las semansa, es muy divertido.
Los inicios – A por 2008
Corría el año 2008 cuando comencé a trabajar como becario en una gran firma internacional donde el mail era el medio de comunicación. Pero no solo en el trabajo, por aquel entonces sin Whatsapp utilizábamos también el email para compartir el chiste de turno o el vídeo que lo estaba petando en la red. ¿Alguien se acuerda?
La empresa tenía un ambiente muy joven arriba (poco jefe y mucho indio) y muchos éramos de fuera de Madrid, por lo que los compañeros muchas veces eran también amigos que ya se enviaban cosas entre ellos más allá del trabajo.
Aunque parece que no hace tanto de aquel momento, por poner en contexto, estamos hablando de que en esas fechas lo que estaba de moda era mandar “cadenas” con PPTs adjuntas: “Si no reenvías esto a todos tus contactos tendrás 6 meses de mala suerte, morirás en 2 años, tu hijo realmente será del vecino y además te van a despedir del trabajo. 2 veces”.
Siempre he defendido la importancia de disfrutar en el entorno de trabajo: pasamos más tiempo ahí que con la novi@/mujer/marido/familia! Comencé compartiendo de vez en cuando alguna imagen con la tontería del día, aunque pronto se me fue de las manos y me convertí en la referencia del departamento para empezar cadenas de mails con cualquier tema gracioso. Y como trabajaba media jornada y por las tardes iba a la Universidad, tenía tiempo de ir empapándome de los últimos memes y bromas y las iba mandando a diestro y siniestro a mis compañeros.
Tanto era así hasta que un día, mi entonces jefe me dijo: “Arturo, si sigues a este ritmo no vamos a trabajar nada, ni tu ni tus compañeros ni yo, ¿por qué no recopilas todos los chistes en un solo email y lo mandas un solo día a la semana?”. Dicho y hecho. Así nació el Mail del Viernes.
Podía haber sido una historia más sexy, o interesante, o haber salido de una apuesta con nocturnidad y tequila de por medio, pero no: El MdV apareció fruto de la casualidad más absoluta, de día y entre cafés. Las fiestas y las anécdotas… llegaron después.
Crecimiento – Benditos viernes
¿Por qué el viernes? Fácil: El viernes era el día más relajado en la oficina, la antesala del esperadísimo fin de semana, y empecé a mandárselo a las cuatro o cinco personas con las que trabajaba diariamente. Al mes y medio cambié de proyecto y empecé a engrosar la lista de distribución con mis nuevos compañeros que a su vez lo iban reenviando a otros compañeros. Con cambios rápidos de proyecto continuamente encontraba nuevos candidatos para recibir. ¿Todo ventajas? Tampoco, al final es un trabajo y tenía que llevar el mail con perfil bajo… hasta que cogíamos confianza y ya les incluía en la lista.
Tristemente, la beca llegó a su fin y con él, el fin del mail. Me tenía que centrar en el proyecto final de carrera pero, como mi evaluación de las prácticas fue muy positiva, me ofrecieron reincorporarme en una posición fija cuando terminara. Y así lo hice.
Recuerdo perfectamente que regresé a la compañía un jueves. ¿Por qué? Porque una de las primeras cosas que me dijeron fue: “Arturo, mañana es viernes, espero el mail”. ¡Boom! El MdV había dejado huella.
Al principio lo mandaba desde mi mail corporativo, pero entre cursos, proyectos y gente que iba conociendo la cadena se fue ampliando, así que decidí crear un email propio. Y ahí aproveché para idear la que se convertiría en la firma hasta el día de hoy como “CEO y Becario”. Toda empresa que se precie tiene como mínimo esas dos posiciones, es la estructura mínima viable. CEO porque soy el que toma todas las decisiones, y Becario porque soy el que las ejecuta y hago todo el trabajo sucio.
Recuerdo que, según iba creciendo, empezaron a llegarme emails cada semana de gente que quería que la añadiera a la lista, así que decidí pasármelo bien e incorporar 3 requisitos a todos. Una imagen que pudiera salir en el MdV, una anécdota divertida y un padrino que te avalase para entrar en la lista VIP.
Independientemente de que me respondieran o no, yo los incluía en la lista, pero fue un ejercicio divertido para descubrir los secretos más oscuros de las personas. Recuerdo muchos mails que me sacaron una sonrisa:
“Creo que después de haberme meado sonámbulo en el armario de mis padres, haber arrestado a una persona durante dos horas haciéndome pasar por policía y haber arriesgado mi vida entrando a robar un tanga a una casa privada con perro sólo por diversión (por idiota al final robe un calcetín), he demostrado sobradamente que me gusta pasármelo bien, que no tengo vergüenza ni la conozco y que no soy muy listo…”.
El mail se volvió parte de la cultura de trabajo de la empresa, y con cada período de contrataciones, nueva oleada de peticiones para entrar en la lista de distribución.
Corría el año 2008 cuando comencé a trabajar como becario en una gran firma internacional donde el mail era el medio de comunicación. Pero no solo en el trabajo, por aquel entonces sin Whatsapp utilizábamos también el email para compartir el chiste de turno o el vídeo que lo estaba petando en la red. ¿Alguien se acuerda?
La empresa tenía un ambiente muy joven arriba (poco jefe y mucho indio) y muchos éramos de fuera de Madrid, por lo que los compañeros muchas veces eran también amigos que ya se enviaban cosas entre ellos más allá del trabajo.
Aunque parece que no hace tanto de aquel momento, por poner en contexto, estamos hablando de que en esas fechas lo que estaba de moda era mandar “cadenas” con PPTs adjuntas: “Si no reenvías esto a todos tus contactos tendrás 6 meses de mala suerte, morirás en 2 años, tu hijo realmente será del vecino y además te van a despedir del trabajo. 2 veces”.
Siempre he defendido la importancia de disfrutar en el entorno de trabajo: pasamos más tiempo ahí que con la novi@/mujer/marido/familia! Comencé compartiendo de vez en cuando alguna imagen con la tontería del día, aunque pronto se me fue de las manos y me convertí en la referencia del departamento para empezar cadenas de mails con cualquier tema gracioso. Y como trabajaba media jornada y por las tardes iba a la Universidad, tenía tiempo de ir empapándome de los últimos memes y bromas y las iba mandando a diestro y siniestro a mis compañeros.
Tanto era así hasta que un día, mi entonces jefe me dijo: “Arturo, si sigues a este ritmo no vamos a trabajar nada, ni tu ni tus compañeros ni yo, ¿por qué no recopilas todos los chistes en un solo email y lo mandas un solo día a la semana?”. Dicho y hecho. Así nació el Mail del Viernes.
Podía haber sido una historia más sexy, o interesante, o haber salido de una apuesta con nocturnidad y tequila de por medio, pero no: El MdV apareció fruto de la casualidad más absoluta, de día y entre cafés. Las fiestas y las anécdotas… llegaron después.
Crecimiento – Benditos viernes
¿Por qué el viernes? Fácil: El viernes era el día más relajado en la oficina, la antesala del esperadísimo fin de semana, y empecé a mandárselo a las cuatro o cinco personas con las que trabajaba diariamente. Al mes y medio cambié de proyecto y empecé a engrosar la lista de distribución con mis nuevos compañeros que a su vez lo iban reenviando a otros compañeros. Con cambios rápidos de proyecto continuamente encontraba nuevos candidatos para recibir. ¿Todo ventajas? Tampoco, al final es un trabajo y tenía que llevar el mail con perfil bajo… hasta que cogíamos confianza y ya les incluía en la lista.
Tristemente, la beca llegó a su fin y con él, el fin del mail. Me tenía que centrar en el proyecto final de carrera pero, como mi evaluación de las prácticas fue muy positiva, me ofrecieron reincorporarme en una posición fija cuando terminara. Y así lo hice.
Recuerdo perfectamente que regresé a la compañía un jueves. ¿Por qué? Porque una de las primeras cosas que me dijeron fue: “Arturo, mañana es viernes, espero el mail”. ¡Boom! El MdV había dejado huella.
Al principio lo mandaba desde mi mail corporativo, pero entre cursos, proyectos y gente que iba conociendo la cadena se fue ampliando, así que decidí crear un email propio. Y ahí aproveché para idear la que se convertiría en la firma hasta el día de hoy como “CEO y Becario”. Toda empresa que se precie tiene como mínimo esas dos posiciones, es la estructura mínima viable. CEO porque soy el que toma todas las decisiones, y Becario porque soy el que las ejecuta y hago todo el trabajo sucio.
Recuerdo que, según iba creciendo, empezaron a llegarme emails cada semana de gente que quería que la añadiera a la lista, así que decidí pasármelo bien e incorporar 3 requisitos a todos. Una imagen que pudiera salir en el MdV, una anécdota divertida y un padrino que te avalase para entrar en la lista VIP.
Independientemente de que me respondieran o no, yo los incluía en la lista, pero fue un ejercicio divertido para descubrir los secretos más oscuros de las personas. Recuerdo muchos mails que me sacaron una sonrisa:
“Creo que después de haberme meado sonámbulo en el armario de mis padres, haber arrestado a una persona durante dos horas haciéndome pasar por policía y haber arriesgado mi vida entrando a robar un tanga a una casa privada con perro sólo por diversión (por idiota al final robe un calcetín), he demostrado sobradamente que me gusta pasármelo bien, que no tengo vergüenza ni la conozco y que no soy muy listo…”.
El mail se volvió parte de la cultura de trabajo de la empresa, y con cada período de contrataciones, nueva oleada de peticiones para entrar en la lista de distribución.
Empresa – El salto definitivo
Empecemos por el principio. Unas tazas.
Tras cuatro años de recorrido se me ocurrió hacer unas tazas del Mail del Viernes con las siglas y la ya célebre cita de “nunca discutas con un imbécil…”. Para poder tomarme el café de la mañana con más estilo como anti-influencer de oficina. Hice seis y las regalé sin mayor pretensión, pero un amigo que siempre me animaba mucho con el email me instó a hacer más y venderlas. Hicimos 1.500 tazas y vendimos absolutamente todas las unidades. Aviso a emprendedores: Hacer esto desde casa y a mano es una absoluta locura, vuestra madre/pareja no va a estar contenta.
A partir de ahí comenzó más el run-run de constituir el MdV como una empresa como tal, pero claro, yo no tenía mucha idea de los trámites burocráticos que había que seguir para constituirla. Menos mal que vino al rescate el que se convertiría en mi socio, una persona de lo más avispada para estos temas y, sobre todo, con un gran sentido del humor -condición sine qua non para formar parte del Mail del Viernes- con el que finalmente, en agosto de 2014, lanzamos la empresa.
Empecemos por el principio. Unas tazas.
Tras cuatro años de recorrido se me ocurrió hacer unas tazas del Mail del Viernes con las siglas y la ya célebre cita de “nunca discutas con un imbécil…”. Para poder tomarme el café de la mañana con más estilo como anti-influencer de oficina. Hice seis y las regalé sin mayor pretensión, pero un amigo que siempre me animaba mucho con el email me instó a hacer más y venderlas. Hicimos 1.500 tazas y vendimos absolutamente todas las unidades. Aviso a emprendedores: Hacer esto desde casa y a mano es una absoluta locura, vuestra madre/pareja no va a estar contenta.
A partir de ahí comenzó más el run-run de constituir el MdV como una empresa como tal, pero claro, yo no tenía mucha idea de los trámites burocráticos que había que seguir para constituirla. Menos mal que vino al rescate el que se convertiría en mi socio, una persona de lo más avispada para estos temas y, sobre todo, con un gran sentido del humor -condición sine qua non para formar parte del Mail del Viernes- con el que finalmente, en agosto de 2014, lanzamos la empresa.
¿Qué fue lo que nos empujó realmente a dar ese paso?
Se juntaron tres cuestiones. Por un lado, más de una empresa se puso en contacto con nosotros para anunciarse en el MdV pagando, algo que hasta el momento habíamos hecho de forma gratuita, y nos empujaban a sacarle rentabilidad. Por otro lado, también veíamos que a los seguidores les interesaba las colaboraciones que publicábamos. Por último, apareció mi socio, alias Becario, que es muy de lanzarse de cabeza. Está claro que detrás de cada gran empresa hay al menos un gran becario, y el del MdV es TOP.
Desde ese octubre de 2009 no hemos fallado ni una sola vez, tuviéramos vacaciones, deberes, trabajo, funerales, reuniones o lo más importante: Mala conexión a internet. Y ha pasado todo lo anterior… más de una vez.
Entonces ya somos otra aburrida empresa más que intenta disimular con un poco de flow!
¡Qué va! O por lo menos queremos creer que no.
Aunque el MdV se ha convertido en una empresa en términos legales tanto mi socio como yo siempre lo hemos considerado la anti-empresa; el beneficio económico es lo último, la jerarquía entre el CEO y Becario no está clara y tomamos decisiones en base a lo que nos apetece.
Entonces… ¿Puede una idea absurda convertirse en una empresa divertida? Pues sí, y así nació la “anti-empresa” del Mail del Viernes. Aunque es cierto que hemos conseguido sacarle margen, no nos planteamos dedicarnos a ello full-time. No negaré, sin embargo, que alguna vez me lo he planteado fugazmente: ¿si consigo esto dedicándome solo en mi tiempo libre qué podría conseguir dedicándome full-time? Pero la realidad es que tanto mi socio como yo lo seguimos viendo como un hobby.
Nos gusta pasárnoslo bien en la oficina, y contagiarlo. Porque llevar corbata no está reñido con reírse. Y porque el sentido del humor es el lenguaje internacional, y no el inglés: Parece mentira que en todas las ofertas de trabajo te pidan inglés antes que sentido del humor. ¿Qué clase de mundo le estamos dejando a Greta Thunberg?
¿Así de fácil y sencillo?
Me gustaría decir que sí, pero no. El MdV llega a más de 60.000 personas cada viernes: Algunos pensarán que es mucho, otros poco, y el becario dirá que somos influencers.
La realidad es que, para llegar a esa cifra, al principio lo recibían 4 o 5. Luego 15, 50, 200, 2000… Y poco a poco fue creciendo… ¡Hasta que descubrimos que hay límites a los mails que se pueden enviar desde gmail!. El contenido, también: Los primeros MdVs eran una PPT, pero no como las cadenas, no era obligatorio reenviarla… Pero la gente lo hacía. Y pedía más, y de vez en cuando nos llegaba lo que podríamos llamar como “feedback constructivo”, que en realidad era de todo menos positivo.
Los temas que siempre han generado quejas en el MdV han sido 3: La política (en función de quien gobierne, más memes ponemos suyos, y así nos han pintado de todos los colores…), la religión (tema tabú para hacer chiste o mención) y los toros (¡una vez nos escribió un chico para decirnos que no conocíamos el espíritu del MdV! El becario vale, porque es becario, ¿pero el CEO?).
Seguramente, a la hora de reírse, no todo vale. Pero parece que está más de moda ofenderse, o hacerse el ofendido, que ponerle un poco de sentido común al sentido del humor, sobre todo cuando no hay mala intención.
El humor es un tema muy serio como para evitarlo, y la oficina uno de los mejores sitios donde uno puede reírse. A no ser que tu jefe, o un cliente, te esté echando la bronca: En ese caso reírse, quizás, nos es la mejor solución.
La publicidad
A día de hoy el MdV puede presumir de nunca haberse puesto en contacto con ninguna empresa para que se anuncie e, incluso, de haber rechazado algunas que no se adecuaban a nuestra filosofía. ¡Espiritu anti-empresa!
Se juntaron tres cuestiones. Por un lado, más de una empresa se puso en contacto con nosotros para anunciarse en el MdV pagando, algo que hasta el momento habíamos hecho de forma gratuita, y nos empujaban a sacarle rentabilidad. Por otro lado, también veíamos que a los seguidores les interesaba las colaboraciones que publicábamos. Por último, apareció mi socio, alias Becario, que es muy de lanzarse de cabeza. Está claro que detrás de cada gran empresa hay al menos un gran becario, y el del MdV es TOP.
Desde ese octubre de 2009 no hemos fallado ni una sola vez, tuviéramos vacaciones, deberes, trabajo, funerales, reuniones o lo más importante: Mala conexión a internet. Y ha pasado todo lo anterior… más de una vez.
Entonces ya somos otra aburrida empresa más que intenta disimular con un poco de flow!
¡Qué va! O por lo menos queremos creer que no.
Aunque el MdV se ha convertido en una empresa en términos legales tanto mi socio como yo siempre lo hemos considerado la anti-empresa; el beneficio económico es lo último, la jerarquía entre el CEO y Becario no está clara y tomamos decisiones en base a lo que nos apetece.
Entonces… ¿Puede una idea absurda convertirse en una empresa divertida? Pues sí, y así nació la “anti-empresa” del Mail del Viernes. Aunque es cierto que hemos conseguido sacarle margen, no nos planteamos dedicarnos a ello full-time. No negaré, sin embargo, que alguna vez me lo he planteado fugazmente: ¿si consigo esto dedicándome solo en mi tiempo libre qué podría conseguir dedicándome full-time? Pero la realidad es que tanto mi socio como yo lo seguimos viendo como un hobby.
Nos gusta pasárnoslo bien en la oficina, y contagiarlo. Porque llevar corbata no está reñido con reírse. Y porque el sentido del humor es el lenguaje internacional, y no el inglés: Parece mentira que en todas las ofertas de trabajo te pidan inglés antes que sentido del humor. ¿Qué clase de mundo le estamos dejando a Greta Thunberg?
¿Así de fácil y sencillo?
Me gustaría decir que sí, pero no. El MdV llega a más de 60.000 personas cada viernes: Algunos pensarán que es mucho, otros poco, y el becario dirá que somos influencers.
La realidad es que, para llegar a esa cifra, al principio lo recibían 4 o 5. Luego 15, 50, 200, 2000… Y poco a poco fue creciendo… ¡Hasta que descubrimos que hay límites a los mails que se pueden enviar desde gmail!. El contenido, también: Los primeros MdVs eran una PPT, pero no como las cadenas, no era obligatorio reenviarla… Pero la gente lo hacía. Y pedía más, y de vez en cuando nos llegaba lo que podríamos llamar como “feedback constructivo”, que en realidad era de todo menos positivo.
Los temas que siempre han generado quejas en el MdV han sido 3: La política (en función de quien gobierne, más memes ponemos suyos, y así nos han pintado de todos los colores…), la religión (tema tabú para hacer chiste o mención) y los toros (¡una vez nos escribió un chico para decirnos que no conocíamos el espíritu del MdV! El becario vale, porque es becario, ¿pero el CEO?).
Seguramente, a la hora de reírse, no todo vale. Pero parece que está más de moda ofenderse, o hacerse el ofendido, que ponerle un poco de sentido común al sentido del humor, sobre todo cuando no hay mala intención.
El humor es un tema muy serio como para evitarlo, y la oficina uno de los mejores sitios donde uno puede reírse. A no ser que tu jefe, o un cliente, te esté echando la bronca: En ese caso reírse, quizás, nos es la mejor solución.
La publicidad
A día de hoy el MdV puede presumir de nunca haberse puesto en contacto con ninguna empresa para que se anuncie e, incluso, de haber rechazado algunas que no se adecuaban a nuestra filosofía. ¡Espiritu anti-empresa!
Pero tanto el CEO como Becario tenemos nuestras debilidades: El Becario quiere pintar el MdV del rojo de Coca-Cola (guiño guiño), y yo quiero convencer a Nutella (guiño guiño guiño) para hacer un concurso en redes sociales. Si ninguna sale, también nos vemos haciendo de burbujitas de Freixenet (ojitos), o saliendo en La Resistencia.
Al no ser esta una empresa al uso, como ya he adelantado, hemos podido permitirnos el lujo de que primen nuestros valores por encima de intereses económicos. No queremos prostituir el Mail del Viernes. Por ello, hemos podido hacer una publicidad diferente, con emprendedores que cuentan su historia y compañías que miran más allá de los números. Y al mismo tiempo, intentar inspirar a otros a creer en sus ideas. Si una idea sinsentido como el MdV puede funcionar… ¿Por qué no la tuya?
También intentamos no poner publicidad todas las semanas para que ésta, cuando aparezca, tenga más impacto en los lectores, y si podemos, nos gusta dar difusión a las iniciativas solidarias que llegan a nuestras manos, y darles visibilidad: Tenemos una herramienta potente, con mucho alcance, y son nuestra debilidad.
Cuando sí hay publicidad tratamos de vender no solo una marca sino a las personas que hay detrás ¿quiénes son? ¿cómo han llegado hasta ahí? Existe un gran valor añadido en enseñarle a la gente el alma de la empresa, las personas, su historia, porque puedes crear un vínculo, una empatía. A mí, personalmente, me llama más la atención un producto del que conozco la historia que hay detrás: Todos llevamos un becario dentro por muy lejos que lleguemos.
¿El futuro del MDV?
El MdV solo tiene un futuro: Desaparecer. Pero antes tiene algunos desafíos pendientes: Estamos buscando la fórmula del éxito.
Para algunos la clave del éxito será forrarse de la pasta, para otros tener tiempo libre, incluso alguno pensará que ambas.
Para nosotros, de momento, la fórmula pasa por pasarnoslo bien mientras nos ponemos objetivos que no cumplimos. Y como nos sabe a poco “fracasar”, cada año nos ponemos nuevos objetivos que no cumplir y nos vamos a cenar para celebrarlo.
Si finalmente damos con la clave del éxito y cumplimos alguno, intentaremos celebrarlo en “casa” de Martin Berasategui… y tratar de conseguir su receta para hacer tortilla de patata.
Por el camino, de momento, tenemos pendiente el MdV del lunes, la versión en inglés, convencer a nuestros CEOs (los de verdad) de que se registren y reciban el mail cada semana, sentarnos en el sillón de Broncano, o crear nuestra propia marca de vino (tinto).
MDV y Seekers
Creo que el MdV y We are Seekers caminan en líneas muy paralelas. Ambos vamos dirigidos a un público joven e inquieto.
.
El MdV es para gente que, dentro de la oficina, busca algo más, mientras que Seekers (buscadores en inglés, para los de las LOGSE) lo hace fuera, compuesto de gente inquieta e inconformista. Y a todos nos gusta no quedarnos en lo establecido, en lo convencional, y en reirnos un poco más.
Y es por eso que en breve el CEO y el Becario estaremos en Seekers, contando nuestra historia, alguna anécdota y lo que nos dejen. A los que os animeis, nos vemos el sábado 8 de febrero! https://www.instagram.com/yosoytribuseekers/
Al no ser esta una empresa al uso, como ya he adelantado, hemos podido permitirnos el lujo de que primen nuestros valores por encima de intereses económicos. No queremos prostituir el Mail del Viernes. Por ello, hemos podido hacer una publicidad diferente, con emprendedores que cuentan su historia y compañías que miran más allá de los números. Y al mismo tiempo, intentar inspirar a otros a creer en sus ideas. Si una idea sinsentido como el MdV puede funcionar… ¿Por qué no la tuya?
También intentamos no poner publicidad todas las semanas para que ésta, cuando aparezca, tenga más impacto en los lectores, y si podemos, nos gusta dar difusión a las iniciativas solidarias que llegan a nuestras manos, y darles visibilidad: Tenemos una herramienta potente, con mucho alcance, y son nuestra debilidad.
Cuando sí hay publicidad tratamos de vender no solo una marca sino a las personas que hay detrás ¿quiénes son? ¿cómo han llegado hasta ahí? Existe un gran valor añadido en enseñarle a la gente el alma de la empresa, las personas, su historia, porque puedes crear un vínculo, una empatía. A mí, personalmente, me llama más la atención un producto del que conozco la historia que hay detrás: Todos llevamos un becario dentro por muy lejos que lleguemos.
¿El futuro del MDV?
El MdV solo tiene un futuro: Desaparecer. Pero antes tiene algunos desafíos pendientes: Estamos buscando la fórmula del éxito.
Para algunos la clave del éxito será forrarse de la pasta, para otros tener tiempo libre, incluso alguno pensará que ambas.
Para nosotros, de momento, la fórmula pasa por pasarnoslo bien mientras nos ponemos objetivos que no cumplimos. Y como nos sabe a poco “fracasar”, cada año nos ponemos nuevos objetivos que no cumplir y nos vamos a cenar para celebrarlo.
Si finalmente damos con la clave del éxito y cumplimos alguno, intentaremos celebrarlo en “casa” de Martin Berasategui… y tratar de conseguir su receta para hacer tortilla de patata.
Por el camino, de momento, tenemos pendiente el MdV del lunes, la versión en inglés, convencer a nuestros CEOs (los de verdad) de que se registren y reciban el mail cada semana, sentarnos en el sillón de Broncano, o crear nuestra propia marca de vino (tinto).
MDV y Seekers
Creo que el MdV y We are Seekers caminan en líneas muy paralelas. Ambos vamos dirigidos a un público joven e inquieto.
.
El MdV es para gente que, dentro de la oficina, busca algo más, mientras que Seekers (buscadores en inglés, para los de las LOGSE) lo hace fuera, compuesto de gente inquieta e inconformista. Y a todos nos gusta no quedarnos en lo establecido, en lo convencional, y en reirnos un poco más.
Y es por eso que en breve el CEO y el Becario estaremos en Seekers, contando nuestra historia, alguna anécdota y lo que nos dejen. A los que os animeis, nos vemos el sábado 8 de febrero! https://www.instagram.com/yosoytribuseekers/
Etiquetas: emprender, humor, newsletter