Marketing, tecnología y vida

Imaginate el siguiente problema de marketing

Estas al frente de una cadena de restaurantes especializados en comida a domicilio, por lo que tu presencia en las redes sociales es muy importante. Además quieres incrementar el número de personas que consuman en el local. ¿Que promoción se te ocurre?

Solución:

Los hermanos Matteo y Tomaso Pittarello dueños de la cadena de comida a domicilio: This is not a sushi bar (Esto no es un bar de sushi), han inagurado el viernes 11 de octubre un nuevo local en Milán y han ideado la siguiente promoción: permiten que los usuarios paguen en función del número de seguidores en Instagram.

Los comensales tienen que reunir dos condiciones:

Primera condición: tu número de seguidores en Instagram

Segunda condición:

Esta promoción tiene dos restricciones:

La idea me parece muy buena... tanto por los resultados que obtendrán gracias a las personas con Instagram que se beneficien de la promoción -y a un coste relativamente bajo- además por la repercusión que ha tendio esta campaña. ¡Cómo leches no se le había ocurrido a nadie! Bueno, los intentos de monetarizar las redes sociales viene de antiguo. Yo llevo de alta en blogger desde enero de 2003 -antes de que Google lo comprase- y cuando era joven exploré -a modo de experimento- distintas formas de monetarizar este blog y creo recordar que alguna caja de bombones y algunas botellas de licor consegúi ;)

Este setiembre me regalaron una herramienta para dibujar modelos de negocios el kit para Diseño de planes de negocio en sistemas abiertos en el que los modelos de negocio van más alla de una pura transaccion en la que a cambio de un producto recibo una cantidad de dinero. Vemos que entre dos agentes se pueden intercambiar muchas más cosas. En este caso a cambio de un plato de comida se obtiene publicidad. 

Vía: Cinco Días

Paseando por un municipio costero, donde una de sus principales actividades económicas es el turismo, tiene la única terminal de cruceros de la provincia y una playa muy concurrida... en los baños públicos me encontré este cartel "prohibido cambiarse de ropa". En primer lugar no creo que la efectividad del cartel sea grande, espero que dentro de los baños no exista un vigilante. En segundo lugar, la Administración debería ser sensible a las necesidades de las personas que vamos a la playa... ¡tenemos la necesidad de cambiarnos de ropa! ¿donde lo hacemos? No parece difícil tener unas casetas donde las personas podamos cambiarnos de ropa sin la necesidad de hacer equilibrios con una toalla en la cintura. Y el presupuesto de estas cabinas no parece que sea muy elevado.