01 agosto, 2022
Valor añadido
El sábado a la tarde fui a El Corte Inglés. En mi cabeza es un establecimiento que tiene una predisposición especial para tratar a los clientes (lo digo en positivo) Quería comprar una mochila de ordenador, de marca, para un regalo. Elegí una (fue fácil pues no había mucho surtido). Ni siquiera pregunté el precio. Al pagar, pedí que me la envolviesen para regalo. La dependienta me dijo ¡no sé si será posible! Si hubiese sido para mí, en ese instante le hubiese dicho que no la quería. Como era para regalo, me limité a mirarla. No dije nada. Me llevo a otra sección y me la cutre envolvieron. Incito al responsable de marketing que repase el concepto de producto ampliado.
Hoy me he acordado de ese cartel que se ve en algunos bares donde justifican el precio del café. Todo lo que en un bar nos dan a cambio de 1,5 €.
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