16 agosto, 2022
Alcohol y Fiesta
Hoy, he visto como se monta la infraestructura para el Aste Nagusia 2022, la Semana Grande, de Bilbao. Me ha llamado la atención ver en El Arenal una carretilla elevadora frente a una torre de 6 pisos de barriles de cerveza de 50 litros.
¿El alcohol tiene más protagonismo del recomendable en las fiestas populares? ¿Deberían hacer algo las Administraciones Públicas y/o los agentes que participan/organizan las fiestas populares?
También he visto como se montaban las txosnas (casetas/barres improvisados). Yo, que por mi edad, conocí la Aste Nagusia del 1978, veo que hay algunos que siguen siendo fieles al mecanotubo. Otros han evolucionado a las carpas. Pero la verdad, me parece poca evolución. Cada vez los mostradores de las txosnas son más altos ¿motivo? para que nadie se quede en la barra, ¡comprar y marcharese!
Por cierto, muchas txosnas responden a algún movimiento popular antimilitarista, animalista... pero no he visto ninguna que defienda la abstinencia (del alcohol).
El otro día, recordando la historia del Kalimotxo (Puerto Viejo Algorta, 1972) comentaba que lo he visto preparar -hace años-, en condiciones higiénicas mejorables, a pesar de lo cual me lo bebía. ¡La verdad es que era malo de c*****! Agradecí, cuando llegaron, de mano de Coca-Cola, los grifos de Kalimotxo (las kalimotxeras), fresquito, con gas, ¡higiénico! Pero dejar de hacer kalimotxo en una bañera y servirlo envasado no me parece una gran innovación.
Ya me lo preguntaba en agosto de 2006 y me lo sigo preguntando (probablemente cosas de viejos), ¿Necesitamos un nuevo modelo de fiestas?
Etiquetas: marketing social