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01 junio, 2025

 

¿Se puede exigir consumo?


María López Negrete nueva Presidenta CECOBI (Confederación Empresarial Comercio Bizkaia) han hecho las siguientes declaraciones al periódico El Correo, el domingo 1 de junio de 2025.


Los cierres en domingos y festivos no ayudan en nada al comercio minorista, que es de largo el que peor lo tiene 
 - No me quiero meter en ese jardín 
¿Por qué? 
-Yo tengo un comercio y ya hacemos auténticos equilibrios para abrir los días de diario y poder cubrir los turnos. Padecemos una falta de personal y un absentismo diario altísimo. No se nos puede pedir más esfuerzo. Lo que hay que exigir es más consumo a los compradores, no que el comercio abra más horas.

La liberalización de horarios comerciales -especialmente el tema de domingos y festivos-, es un tema espinoso, vemos una tensión constante entre:

Y los consumidores ¿qué queremos?  ¿queremos más horas de apertura? ¿queremos más comodidad?

En este debate, María López Negrete, apunta a la realidad operativa del pequeño comercio, "hacemos auténticos equilibrios para abrir los días de diario". Es cierto, el comercio local está soportando una triple carga: una caída de consumo, un dura competencia y una limitación de recursos humanos.

La solución que propone es: Lo que hay que exigir es más consumo a los compradores, no que el comercio abra más horas”, el verbo exigir me ha sonado excesivo. Un comerciante puede invitar, seducir, convencer, estimular… Pero no exigir. 

¿Se puede exigir consumo?

  • El principio fundamental del mercado dice que el consumidor es soberano. Esto significa que:
    1. El consumidor decide cuándo, cómo y cuánto comprar.
    2. Las empresas deben adaptarse a sus preferencias, no al revés.
Exigir más consumo sería como pedirle al viento que sople más fuerte. Puede quejarse uno, pero el viento sigue a su aire.
  • El consumo es una elección, no una obligaciónEl respeto al consumidor implica no ejercer presión indebida. La libertad de elección es sagrada. El consumo no es un deber cívico, sino una decisión libre y voluntaria.
  • Desde el punto de vista de la comunicación, exigir transmite agresividad, un tono autoritario...

Entonces, ¿qué sí se puede hacer? Engagement.

Aquí entra en juego un concepto central en el marketing contemporáneo: el engagement. Y para explicarlo, nada mejor que mi ejemplo favorito. 

Imagina que alquilas un coche. Nadie te obliga a devolverlo limpio, pero tú lo llevas al túnel de lavado antes de entregarlo, 
¿Por qué lo haces?
Porque te importó. Porque te sentiste vinculado. Porque, aunque era prestado, lo trataste como si fuera tuyo.

Eso es engagement:

No se trata solo de consumir, sino de crear una conexión emocional. Cuando hay engagement, los clientes vuelven, recomiendan, defienden… incluso perdonan errores.

El pequeño comercio quizás no necesita más horas abiertas, necesita más vínculos construidos. Más comunidad, más compromiso, más afiliación emocional. El consumidor puede cambiar sus hábitos si hacemos que le importe su barrio, su comunidad, su librero de siempre.

La frase “hay que exigir más consumo” suena como un puñetazo en el ojo, y no solo lingüísticamente. Refleja una visión de la relación con el cliente más cercana al siglo XX que al XXI. 

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