.comment-link {margin-left:.6em;}

29 julio, 2023

 

El tamaño sí importa (en todo)

 



En los manuales de autoayuda o empresariales, es frecuente encontrarse con afirmaciones que sugieren que ser alto, guapo, musculo o tener dinero no importa, que lo verdaderamente significativo reside en el interior. En el mundo de la empresa, nos dirán lo bueno que es ser pequeño, pues así te mueves con más agilidad que los grandes, o lo bueno que tener escasez de recursos financieros pues de esa forma no derrochas. Sin embargo, la realidad es a menudo más compleja y contradictoria que estas afirmaciones idealizadas.

La historia épica de David y Goliat es un ejemplo que se ha convertido en un símbolo de la victoria del débil sobre el poderoso. Según el relato, David venció al filisteo Goliat usando solo una honda y una piedra, a pesar de que él no tenía una espada en su mano. Esta narrativa inspiradora nos invita a creer que los desfavorecidos pueden superar a los gigantes, incluso en circunstancias aparentemente desfavorables. No obstante, la realidad cotidiana tiende a reflejar una imagen menos heroica.

En la vida real, es cierto que en algunas ocasiones los David logran vencer a los Goliat, pero esto ocurre en una minoría de casos. En el 99% de las situaciones, es más probable que prevalezca la lógica y el poder del más fuerte. Aunque la épica nos inspire con su mensaje de esperanza y superación, debemos reconocer que no siempre es la norma en el mundo real.

Hoy he iniciado mi primera lectura veraniega, el libro "Estrategia" de Lawrence Freedman, que incluye una cita interesante: 

"La carrera no la gana el más ágil, ni la batalla el más fuerte" (Eclesiastés 9:11)
Junto a la respuesta del escritor Damon Runyon 

"Pero yo apostaría por ellos"
Me ha parecido un cínico. 

Hay una tensión entre las enseñanzas inspiradoras que se encuentran en los manuales de autoayuda (personal o empresarial)  o en la literatura épica y la realidad pragmática que enfrentamos en nuestras vidas diarias. Es importante mantener un equilibrio entre la motivación y la perspicacia. Mientras nos esforzamos por crecer internamente y alcanzar nuestros objetivos, también debemos reconocer que factores externos y contextuales pueden influir significativamente en los resultados. En dos palabras: recursos y capacidades.

Por tanto, en lugar de basar nuestras expectativas únicamente en lemas idealistas o en visiones épicas, deberíamos adoptar una mentalidad realista y crítica. Aceptar que la vida no es siempre como en los cuentos de hadas nos permite tomar decisiones informadas y prepararnos para los desafíos reales que enfrentamos. La combinación de la inspiración y la sabiduría práctica nos ayudará a navegar por las complejidades del mundo con una mayor comprensión y resiliencia.

Etiquetas: ,


Buscar enlaces a esta noticia en Technorati Menea esta noticia Enviar a Fresqui.com Enviar a del.icio.us
Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?