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24 agosto, 2019

 

Efecto cobra: de cazador a criador



Para colonizar la India, los ingleses se enfrentaron a tres ejércitos:
Para eliminar las cobras el gobierno decicidio pagar una recompensa (supongamos que cien rupias) por cada cabeza de cobra que se entregase ante las autoridades británicas. Los indios llevaban muchas cabezas ante las autoridades que les pagaban… pero cada día había más cobras ¿motivo?

Una cobra pone unos cuarenta huevos al año, la mayoría de esos huevos no llegan a convertirse en cobras adultas, ya que comidos por depredadores naturales; los indios pensaron, si cazo una cobra y le corto la cabeza tengo 100 rupias. Pero en vez de ser cazador me reconvierto a criador de serpientes, por cada cobra que crie, en un año tendré 4.000 rupias, menos el coste de reproducirlas. ¡Perfecto! los emprendedores indios crearon granjas de cobras.

Los británicos se dieron cuenta que el programa no funcionaba, por lo que lo suspendieron. Los emprendedores indios, al ver que su cobras no tenían ningún valor, las pusieron en libertad. Como resultado, la población de cobras salvajes aumentó. El problema no se soluciono, el problema empeoró. A este fenómeno, incentivos que no sirven para nada o que empeoran la situación se le conoce cómo "efecto cobra", que no tiene nada que ver con "hacer la cobra".

El mismo error, unos años después, se repitió en la ciudad de Hanói. En este caso, los franceses pagaban por la cola de las ratas, por lo que los nativos se limitaron a criarlas, cortar sus colas y liberarlas. Sobra decir que la población de ratas se incrementó… y en particular la de ratas sin cola.

Algo parecedio sucedia con los planes quinquenales de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), donde uno de sus objetivos era el aumento de la producción de acero. Los planificadores estatales eligieron como indicador de seguimiento: el número de toneladas producidas. Los gerentes de los altos hornos, se dedicaron a producir grandes lingotes con lo que rápidamente cubrían sus objetivos, aunque esos bloques no eran útiles prácticamente para nada. 

Los planificadores, aunque tarde, se dieron cuento y como les interesaba el acero laminado,  cambiaron de indicador, de toneladas por el de metros lineales de barra laminada. Los gerentes que iban un paso por delante, se dedicaron a alargar las barras consiguiendo unos diámetros tan delgados que tampoco tenían mucha utilidad. 

El “efecto cobra” lo podemos resumir con un refrán: cuando el remedio es pero que la enfermedad o con salir el tiro por la culata.

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