25 agosto, 2025
Marketing de la trinidad del vicio
En marketing, los productos que tienen una mala imagen, como el sexo, el tabaco o el alcohol, se categorizan generalmente como productos controvertidos o productos tabú. Estos productos, definidos como aquellos cuya comercialización despierta tensiones éticas, sociales o legales, requieren estrategias específicas que van más allá de la promoción convencional.
A diferencia de los productos socialmente aceptados, estos bienes están sujetos a restricciones normativas, limitaciones en comunicación comercial y presión social organizada. Por ello, el marketing aplicado a este sector ha sido denominado como marketing en situaciones adversas, caracterizado por el reto de mantener legitimidad y demanda en contextos hostiles.
En paralelo, gobiernos y organizaciones civiles han implementado campañas de contramarketing. diseñadas para reducir el consumo de productos dañinos mediante herramientas como:
- el aumento de precios (ej. impuestos al tabaco y bebidas alcohólicas),
- la reducción de disponibilidad (limitación de puntos de venta),
- restricciones publicitarias (prohibiciones en medios masivos), y
- el uso de mensajes basados en el miedo o la advertencia sanitaria.
El contraste entre estas industrias (pornografía, tabaco y alcohol) es revelador. Mientras que resulta poco común que un consumidor visite un set de grabación pornográfico o una fábrica de tabaco, sí lo es que acuda a una bodega, fenómeno incluso legitimado bajo la etiqueta de enoturismo. Este ejemplo ilustra cómo cada sector ha desarrollado estrategias diferenciadas de posicionamiento y aceptación social.
Las dinámicas principales pueden resumirse de la siguiente manera:
- Pornografía: Carece de representación política formal (lobby). Su estrategia se centra en la invisibilidad institucional, sobreviviendo gracias a la indiferencia política y a su amparo en el discurso de la libertad de expresión. Sin embargo, esta falta de articulación la convierte en un blanco vulnerable frente a regulaciones restrictivas
- Tabaco: Destinó millones de dólares a actividades de lobbying y construcción de imagen corporativa. No obstante, su estrategia fracasó debido a la negación sistemática de la evidencia científica sobre los efectos nocivos del consumo. Como consecuencia, su legitimidad pública se erosionó y las restricciones regulatorias se intensificaron, limitando su margen de acción.
- Alcohol: Es el sector que ha demostrado una mayor capacidad de adaptación. Basó su estrategia en la promoción del consumo responsable, la autorregulación y la colaboración con gobiernos y ONG . Esta capacidad de integrar el discurso de salud pública a su comunicación le ha permitido mantener un grado relativamente alto de aceptación social..
De aquí podríamos deducir que:
- Si no se enfrentan los problemas, otros lo harán en su lugar. La ausencia de defensa activa genera vulnerabilidad frente a narrativas externas.
- Si no se comunica la verdad, otros lo harán. La transparencia y el reconocimiento de la evidencia científica son elementos imprescindibles para sostener la legitimidad.
- Si no se produce adaptación, sobreviene la desaparición. La adaptabilidad estratégica y la capacidad de colaboración con reguladores son condiciones necesarias para persistir en mercados regulados.
Etiquetas: marketing en situaciones difíciles
 
 
 
 
			  
			

