25 agosto, 2021
Aliarse con tu enemigo
Os voy a contar una anécdota. He pasado unos días en un pueblo costero, de esos que pasan de 2.500 habitantes del invierno a 80.000 habitantes en verano. Compré en el gigante electrónico un calzado. El repartidor marcó en su aplicación que no estaba en casa -sospecho que algunos repartidores, por la presión de entrega, a veces dicen que no estás en casa, pero bueno ese es otro tema- y la aplicación me dio la oportunidad de recoger mi pedido en un punto físico, en la plaza del pueblo. ¡Perfecto! Fui al punto físico y ¡sorpresa! el punto físico en el que el gigante del comercio electrónico había depositado mi pedido -un calzado- era la zapatería del pueblo.
Pensé, que este comerciante, era una persona práctica. Las empresas tenemos que analizar siempre nuestros recursos y capacidades. Este comerciante, por ejemplo, no tiene el surtido que tiene Amazon, pero tiene un espacio físico en la plaza de un pueblo. Esa es su fortaleza para poder colaborar. Entre los beneficios de ser un punto de recogida, está, que las personas conozcamos su establecimiento... y gracias a eso logre hacer más clientes.
El comerciante (empresario) puede gestionar sus recursos y capacidades. Intentar influir en el consumidor, le resulta mucho más difícil. Para influir sobre el consumidor probablemente tendrá que aliarse con otros comerciantes.
Por cierto, necesitaba un número más, y devolví el producto en un estanco a 500 km. de distancia.
Etiquetas: distribución, pequeño comercio