17 agosto, 2007
El amor es ciego pero la tarjeta de crédito deja rastro
Una bonita historia de la que deberíamos aprender:
- El tejano Leroy Greer, propietario de un negocio de venta de coches de lujo, tenía una amante y una esposa de la que se estaba divorciando -aunque aún albergaba esperanzas de reanudar la relación con su esposa-
- Envió un ramo de rosas rojas, un peluche y una nota de amor a su amante.
- Pidió expresamente a la empleada de la floristería que no mandase ningún recibo a su casa.
- La floristería, para fidelizar a su cliente, envió una tarjeta de agradecimiento a su domicilio conyugal.
- La esposa vio el contenido de la nota que Leroy había enviado a su amante, que decía: "Sólo quiero decirte que te quiero y que lo eres todo para mí".
- La esposa llamó al establecimiento para solicitar que le enviasen por fax una copia del recibo de la compra y así pudo conocer la identidad de la destinataria.
- La esposa, con sentido del humor, reenvió la copia del recibo a la oficina de su marido, incluyendo su propia nota: "Sé un hombre; si te pillan con las manos en la masa, no sigas mintiendo"
- La esposa, aumento sus peticiones en el divorcio, solicitando la custodia total de sus hijos y una suma de 300.000 dólares.
- El marido, ha demandado por 1 millón de dolares a la floristería, por no respetar la política de privacidad de sus clientes y romper el pacto al que habían llegado en el momento de la adquisición de las flores.
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