A tres albañiles que objetivamente están haciendo lo mismo, les preguntamos ¿que estás haciendo?
- El primero contesta, "estoy construyendo una pared de ladrillos"
- El segundo contesta, "estoy creando una iglesia"
- El tercero contesta, "estoy levantando la morada de Dios"
El primer albañil tiene un trabajo, el segundo una carrera y el tercero una vocación. En el ejemplo, los tres albañiles objetivamente hacen lo mismo pero su experiencia es subjetiva, responde a como ven ellos su propio trabajo.
Sería razonable pensar que el trabajo como necesidad se da en trabajos con poca cualificación o con pocas oportunidades de progreso. Yo creo que no. Es una cuestión de la persona, en todas las profesiones hay albañiles del tipo 1, del tipo 2 y del tipo 3. Te voy a contar la historia de Ludovic.
Ludovic el Barrendero Motivado.
Ludovic Franceschet, un barrendero de Paris que ronda la cincuentena, ha transformado su labor diaria de limpieza de calles en una misión personal y social, convirtiéndose en un educador y defensor del medio ambiente a través de las redes sociales. Hoy, tiene 391,9 mil de seguidores en TikTok y acumula 6,2 millones de me gustas en sus videos recogiendo montones de basura, bailando y haciendo llamamientos sinceros a la gente para que mantenga limpio el planeta. Sus días libres los ocupa limpiando caminos, parques y bosques o visitando escuelas para transmitir su mensaje a los jóvenes.
Ludovic no se limita a ver su trabajo como una necesidad económica. Dice frases como “
No me gusta mi trabajo, lo amo” o "
Nosotros, los barrenderos, somos los médicos de la calle, recogiendo basuras limpiamos y curamos' en cierto modo". Ya hemos hablado en otra ocasión del carrocero que se publicitaba como
traumatología del automóvil. Esta perspectiva le otorga un sentido de propósito que va más allá de su tarea diaria. Su labor no es solo un medio de subsistencia; es una vocación que le permite contribuir a la sociedad de manera significativa.
Gracias a su presencia en redes sociales, Ludovic ha logrado amplificar el impacto de su trabajo. Sus videos, con la técnica del “antes y después”, no solo destacan la importancia de su labor sino que también sirven como una herramienta educativa. Con frases como "tiremos la basura a las papeleras" y mensajes sobre la necesidad de salvar el planeta, Ludovic no solo limpia las calles físicamente, sino que también busca limpiar actitudes y comportamientos perjudiciales para el medio ambiente.
Ludovic siente un profundo orgullo por su trabajo. Su afirmación "Antes de morir quiero dejar un legado: enseñar gestos ecológicos a las nuevas generaciones" demuestra que ve su labor como algo más que un empleo. Para él, es una misión vital que se alinea con sus valores personales y su visión del mundo. Esta perspectiva de su trabajo le permite encontrar satisfacción y motivación intrínseca, más allá de la recompensa económica o el reconocimiento externo.
El ejemplo de Ludovic desafía la noción de que solo los trabajos de alta cualificación o los roles tradicionalmente considerados prestigiosos pueden brindar un sentido de vocación. Su historia muestra que es posible encontrar significado y propósito en cualquier tipo de trabajo, siempre que se aborde con la actitud correcta y un deseo auténtico de contribuir al bienestar común.
Trabajo como necesidad, "Estoy construyendo una pared de ladrillos"
Si nos identificamos con el primer albañil, es probable que veamos nuestro empleo como una forma de subsistencia, un "trabajo alimenticio". Esto no es negativo en sí mismo, pero puede llevar a una experiencia laboral rutinaria y carente de propósito personal.
Este albañil ve su actividad como un simple trabajo, una tarea cotidiana que cumplir. Para él, el enfoque está en la acción inmediata y en el esfuerzo físico involucrado. Su relación con la labor es funcional y directa; probablemente trabaja por una necesidad económica o porque es lo que le toca hacer. La motivación de este albañil puede estar más relacionada con el salario que recibe. Su sentido de satisfacción podría ser limitado y depender en gran medida de factores externos, como el salario, el horario, y las condiciones de trabajo.
Trabajo como carrera. "Estoy creando una iglesia"
Identificarse con el segundo albañil implica ver el trabajo como un camino de desarrollo profesional. Aquí hay un enfoque hacia la superación personal, en ir alcanzando objetivos y escalando posiciones. Esta perspectiva es común entre profesionales que buscan crecimiento y reconocimiento en sus campos. Sin embargo, puede haber una constante sensación de estar persiguiendo algo sin disfrutar plenamente el presente.
Este albañil ve su trabajo como parte de algo más grande que él mismo, un proyecto significativo que contribuye a la sociedad. Para él, construir la iglesia no es solo un trabajo, es un paso en su carrera profesional, una oportunidad para mejorar sus habilidades y alcanzar metas más ambiciosas.
Su motivación podrá venir del orgullo de ser parte de algo duradero y visible. Siente un sentido de pertenencia y reconocimiento en su rol. La carrera aquí se ve como una serie de pasos en los que cada tarea contribuye a un objetivo final más grande.
Trabajo como vocación. "Estoy levantando la morada de Dios"
Si nos identificamos con el tercer albañil, encontramos un sentido profundo en lo que hacemos, independientemente del título o la remuneración. Este enfoque suele llevar a una satisfacción personal más duradera y a un compromiso más fuerte con el trabajo. Es característico de personas que sienten que su trabajo es su propósito en la vida, y lo realizan con pasión y dedicación. Nuestro Ludovic Franceschet creo que es un buen ejemplo.
Este albañil interpreta su labor como una vocación. No solo construye una estructura física, sino que está comprometido con una causa trascendental. Para él, su trabajo tiene un significado profundo y espiritual. Esta perspectiva convierte su actividad diaria en un acto de devoción y propósito personal. Este albañil encuentra motivación intrínseca en su trabajo, independientemente de la recompensa material. Su satisfacción proviene del sentido de misión y propósito, sintiéndose parte de algo mucho más grande y significativo que él mismo. Para él, su labor es una expresión de su identidad y de su misión en la vida. ¡Ahora entiendes la
placa albañil!
¿Con cuál de los tres albañiles te identificas?
La historia de los tres albañiles y la de Ludovic nos invitan a reflexionar sobre cómo percibimos nuestro propio trabajo. Aunque la tarea que realizamos pueda ser similar a la de otros, nuestra actitud y visión personal pueden transformar completamente nuestra experiencia. Podemos elegir ver nuestro trabajo como una simple necesidad, un paso en nuestra carrera o como una verdadera vocación que da sentido y propósito a nuestra vida.
Ludovic nos demuestra que no importa qué tan sencillo o rutinario pueda parecer un trabajo, siempre hay oportunidad de encontrar en él un significado más profundo y de alinear nuestras acciones con nuestros valores. Su ejemplo nos anima a buscar formas de impactar positivamente a nuestro entorno y a las personas que nos rodean, convirtiendo nuestras labores cotidianas en actos de contribución y legado.
Al preguntarnos con cuál de los tres albañiles nos identificamos, realizamos un ejercicio valioso de introspección. Nos permite evaluar qué tan satisfechos estamos con lo que hacemos y si estamos viviendo de acuerdo con nuestras aspiraciones y valores más profundos. Este tipo de reflexión puede inspirarnos a buscar cambios en nuestra carrera o a redescubrir la vocación en lo que ya hacemos, transformando así nuestro trabajo en una fuente de satisfacción y realización personal.
En última instancia, el sentido que damos a nuestro trabajo depende de nosotros. Al conectar nuestra labor diaria con un propósito más grande, podemos encontrar una mayor motivación, disfrutar más de lo que hacemos y dejar un impacto significativo en el mundo.
La historia de los tres albañiles la he encontrado en: Duckworth, A. (2016). Grit: El poder de la pasión y la perseverancia. Urano.
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